Las clases ACE ofrecen un entorno de bajo riesgo para poner a prueba los conocimientos empresariales recién adquiridos
Parte del éxito de un líder consiste en aprender qué estilos de liderazgo son eficaces en su entorno y aplicarlos. Experimentar con estilos nuevos y diferentes es clave, pero esto puede ser un asunto delicado en el lugar de trabajo. El curso de Jill Perry-Smith, Dirigir grupos y equipos, que realicé durante la sesión de invierno, era exactamente lo que necesitaba para ayudarme a ampliar estas capacidades.
Esta clase me enseñó nuevas habilidades y me permitió practicarlas en un entorno de clase de bajo riesgo. Nos centramos en importantes temas de gestión, como los conflictos, la estructura de los equipos, el rendimiento de los equipos, las redes sociales y la toma de decisiones en equipo. Hubo una serie de ejercicios estupendos a lo largo de la clase, y mi favorito fue cuando me asignaron la tarea de ser un individuo secretamente perturbador en un equipo, también conocido como “topo”. Esto supuso un gran cambio de comportamiento para mí. Como antiguo periodista, me enorgullezco de saber escuchar y de centrarme en los hechos, dos de mis puntos fuertes. Mi papel ahora consistía en desestabilizar la dinámica del equipo y desviarlo del rumbo para impedir que resolviera el problema empresarial que tenía entre manos. Introduje información falsa que no figuraba en la lectura del caso, fui descarado y hablé por encima de los demás. Todas estas son cosas terribles por las que un estudiante de MBA de Emory no suele sentirse realizado. Pero a mí me ha cambiado la vida. Quitando el comportamiento poco profesional, me di cuenta de que mantenerse al margen y desempeñar el papel de observador silencioso a veces no es la mejor opción en un entorno empresarial dinámico y acelerado.
El curso se considera una Optativa de Curso Acelerado, que se condensa en tres semanas frente al formato tradicional de tres meses en Emory. También se trata de una “clase invertida”, en la que muchas de las clases están pregrabadas y el alumno las escucha a su propio ritmo. El aprendizaje es rápido y las recompensas no se hacen esperar. Como resultado, pude aplicar nuevas técnicas inmediatamente.
Perry-Smith dirigió la clase con gran eficacia y nos planteó situaciones difíciles de la vida real que tuvimos que abordar durante la clase. En uno de esos casos intentamos convencer a los directivos de una empresa de que aceptaran nuestro programa. Algunas de las tácticas que vi incluían negociaciones, recordar a un colega el apoyo que había recibido anteriormente y dar marcha atrás de forma descarada, todos ellos comportamientos que pueden darse en un entorno empresarial real. Otra ventaja era que estábamos expuestos a diferentes equipos, a veces hasta tres al día en clase. Perry-Smith dispone de un programa informático que agrupa a las personas, lo que alivia la tensión de elegir un equipo y permite a los estudiantes entablar nuevas relaciones.
Probar nuevas funciones en un entorno empresarial de bajo riesgo es clave para cambiar comportamientos. Recomiendo encarecidamente esta clase, ya que es muy pertinente para mejorar el propio liderazgo y las herramientas intrapersonales, que son tan importantes en las organizaciones actuales basadas en equipos.