Las clases que cambian tu vida
Dicen que los MBA te cambian: que verás las cosas de otra manera, que te cuestionarás cosas que antes no te cuestionabas, que crecerás de formas que no creías posibles. Para ser sincero, ¡es verdad!
En particular, una de esas clases en Goizueta que me ha cambiado fue la de Inversiones Alternativas con el profesor Klaas Baks. Esta optativa ha sido una de las que más he esperado porque es un tema tan “candente” del que sentía que sabía muy poco. Sin embargo, lo que adquirí no fueron solo conocimientos sobre capital inversión, capital riesgo y estructuración de operaciones, sino que me dio una perspectiva de la vida. Sé que suena dramático, pero lo que Baks te enseña va más allá de las cuatro paredes de su clase. Se trata de lecciones de vida que realmente pueden cambiar tu camino. Por ejemplo, cada año un par de estudiantes vuelven al mundo para crear su propia empresa y no son necesariamente las matemáticas o las habilidades que aprendiste en su clase las que inspiran este comportamiento, sino más bien la verdad reveladora sobre lo que la mayoría de nosotros consideramos nuestro “camino”.
Permíteme que te lo explique mejor.
La mayoría de nosotros creemos que lo que debemos hacer es ir a la universidad, hacerlo bien, conseguir un trabajo en una empresa y jubilarnos. Sin embargo, lo que a menudo no tenemos en cuenta es que hay opciones. Esta no es la ÚNICA manera de ganar dinero, vivir una vida plena y tener éxito. Tres cosas que obtuve de Baks y que me gustaría compartir para que sirvan de perspectiva son:
- Los trabajos no son seguros a menos que seas tu propio jefe
- Es difícil hacerse rico trabajando para otro
- Los aumentos de sueldo y los ascensos no son proporcionales a las responsabilidades adicionales y al tiempo invertido.
No me malinterpretes, estoy muy agradecido por mi trabajo en la empresa. Me permite rodearme de personas increíblemente inteligentes que me motivan, desafían y animan. A lo largo de mi carrera he recibido una tutoría y orientación excelentes a través de los canales establecidos, así como de la red que he desarrollado. Pero después de asistir a la clase, y de ver a mis compañeros crear sus propias empresas, me siento inspirada para pensar en algo propio. Puede que no sea ahora, ni mañana, ni siquiera en los próximos dos años, pero he adquirido los conocimientos básicos para reconocer un buen o mal negocio, o al menos para saber cuándo buscar un abogado.
Así que a todos los que piensan que lo corporativo es para siempre, les insto a que piensen en cosas que despierten alegría (en palabras de Marie Kondo) y luego diseñen un camino que les lleve hasta allí.