Más que una mercancía
Uno de mis objetivos como estudiante de MBA a tiempo completo ha sido centrarme plenamente en mis intereses y decir sí a todas las oportunidades interesantes. Por eso aproveché la oportunidad de unirme al profesor Roberts para viajar a Guatemala en las vacaciones de primavera, una experiencia de aprendizaje profunda que me dejará un impacto duradero tanto a nivel personal como profesional.
Me interesé por la Guía de Transacciones de Cafés Especiales cuando solicité mi ingreso en la Escuela de Negocios Goizueta. La iniciativa, promovida por el profesor Roberts y el Business & Society Institute, pretende fomentar una mayor equidad en el comercio del café proporcionando a los pequeños productores de América Latina precios de referencia que reflejen el verdadero valor de sus granos de alta calidad y diferenciados.
Como consumidor ocasional de café con un conocimiento previo mínimo del sector, me entusiasmó conocer los orígenes de un producto tan omnipresente en Estados Unidos que lo damos por sentado. También tenía ganas de repasar mis oxidados conocimientos de español y desconectar de un semestre ajetreado en la escuela.
Guatemala es conocida como la tierra de la eterna primavera, ¡y el tiempo no defraudó! Disfrutamos de hermosos días soleados y tardes frescas durante nuestra estancia en Antigua, una encantadora ciudad situada bajo un impresionante y formidable volcán. No podría haber pedido un lugar más encantador al que llamar hogar durante una semana.
Cada día era una aventura que me dejaba exhausta, pero ansiosa por saber qué vendría después. Visitamos varias pequeñas explotaciones de café y nos reunimos con productores locales que nos hablaron de su oficio con gran orgullo. Fue fascinante ver las distintas fases de crecimiento del cafeto (un árbol nuevo tarda al menos tres años en alcanzar la madurez) y el ingente trabajo necesario para cosechar, procesar y preparar los granos para la venta. Pero esto también reveló la profunda desigualdad de la industria. A pesar de asumir la mayor parte del coste físico y el riesgo financiero del cultivo del café, los productores se ven obligados a vender a precios mundiales que a menudo ni siquiera cubren el coste de producción. Su lucha se ve agravada por el cambio climático, que ha hecho más impredecible la estación de lluvias y acelerado la amenaza de un hongo que mata las plantas.
Pero hay esperanza gracias a los colectivos locales de café que ayudan a los pequeños productores a desvincular su producto de alta calidad de los caprichos del mercado mundial de materias primas. Gracias a herramientas como la Guía de Transacciones de Cafés Especiales, están mejor equipados para vender directamente a los minoristas de café de todo el mundo y conseguir un precio más alto que les permita mejorar su nivel de vida y hacer que sus negocios sean más resistentes al cambio climático. Don Miguel, un agricultor que nos dio una vuelta por su propiedad y que también nos sirvió una deliciosa cena tradicional guatemalteca, nos lo ejemplificó mostrándonos orgulloso un desglose detallado de sus pasos hacia la neutralidad de carbono.
Observar el trabajo increíblemente duro que conlleva la producción de café fue una experiencia reveladora y humilde. El reto de mejorar los medios de subsistencia de los agricultores al tiempo que se protege el medio ambiente es enorme, pero pude comprobar de primera mano la dedicación y perseverancia de las personas que se esfuerzan por conseguirlo. El café es mucho más que una simple mercancía. Detrás de cada taza hay una historia, una lucha y un logro. Salí de este viaje sintiéndome con fuerzas para ser un consumidor más responsable, no sólo de café, sino también de otros productos cuyo consumidor final está muy alejado de la fuente.
Desde el punto de vista profesional, visitar Guatemala reforzó mi objetivo de seguir una carrera centrada en el clima. Difícilmente podría haber imaginado una oportunidad de aprendizaje experiencial mejor durante mi viaje de MBA.
Otros momentos destacados del viaje:
- Visitar una finca cafetera certificada por Rainforest Alliance para comprobar cómo las prácticas de conservación y sostenibilidad pueden ser beneficiosas para la producción de alto rendimiento.
- Observar las vibrantes festividades de Semana Santa, que tuvieron lugar en Antigua durante nuestra estancia.
- Disfrutar de las maravillosas comidas caseras servidas por nuestros distintos anfitriones.
- Hacer una yincana que consistía en hacerse selfies en cafeterías de toda Antigua.
- Subir a la cima de un volcán de 4.000 metros para disfrutar de una vista de otro volcán.
- Cena todas las noches con la tripulación. El reducido tamaño del grupo era ideal para mantener grandes conversaciones.
¿Desea saber más sobre la industria mundial del café, valorada en 102.000 millones de dólares, y quiénes son sus beneficiarios? El profesor Peter Roberts lo explica todo en “¿Qué hay en tu taza de café?”, en el podcast Efecto Goizueta.
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