¿Qué tipo de líder quieres ser?
El retiro de liderazgo del EvMBA ofrece a los estudiantes tiempo y espacio para crecer
“De mayor, ¿qué necesitabas siempre y nunca conseguías?”.
“¿Qué valoraste especialmente de tu infancia que te gustaría dar a los demás?”.
“¿Qué te enfada del mundo?”
Mientras anotaba las respuestas a estas preguntas, tuve que tomarme un momento para mirar alrededor de la sala y recordar dónde estaba. No, no estaba sentado en la consulta de un terapeuta. No, no estaba leyendo un libro de autoayuda. Me encontraba en un salón de baile del Château Élan, acompañado por unos 100 estudiantes del Evening MBA, en el retiro inaugural del Goizueta Evening MBA Leadership Retreat. No es un entorno que uno asociaría normalmente con una autorreflexión tan profunda.
Aunque el curso de liderazgo de Goizueta ha sido un componente básico del plan de estudios del EvMBA durante varios años, este año se ha puesto a prueba el formato de retiro. No sabía qué esperar del retiro. Supongo que me esperaba unas cuantas caídas de confianza, algunas parábolas tópicas sobre los fracasos del liderazgo y mucha charla trivial con los compañeros. Pero durante la primera sesión educativa, cuando Brandon Smith planteó las preguntas antes mencionadas, percibí un cambio en la sala, como si colectivamente nos diéramos cuenta de que este no era un retiro de liderazgo al uso.
Brandon Smith, “El terapeuta del lugar de trabajo”, nos inspiró con un sentido de propósito para el fin de semana. Nos aseguró que cada uno de nosotros tiene la capacidad de convertirse en un líder de alto rendimiento y cada uno de nosotros tiene el potencial de convertirse en “El” – “El Gurú del Marketing Digital”, “El Inventor de Bitcoin 2.0”. Sin embargo, nos advirtió, debemos decidir intencionadamente qué tipo de “nosotros” seremos.
A lo largo del fin de semana, Smith, junto con la cofacilitadora Dean Erika James, nos dotó de algunas herramientas esenciales para guiarnos en nuestros esfuerzos por convertirnos en líderes de alto rendimiento. Smith identificó los rasgos de las estrellas del rock en el lugar de trabajo (véase la imagen inferior). Dean James nos condujo a través de un estudio de caso que modelaba el liderazgo imperfecto en acción. Ambos facilitadores nos retaron a hacer un inventario de nuestros puntos fuertes y débiles actuales.
A lo largo de las sesiones, elaboré un plan de acción, una larga lista de tareas pendientes sobre cómo pensaba aplicar las lecciones de liderazgo del fin de semana a mis contextos profesional y académico.
“Voy a retocar mi marca personal”.
“Voy a construir relaciones positivas”.
“Voy a hacer más preguntas sin miedo”.
Tenía grandes ambiciones para el futuro. Pero mirando hacia atrás, me he dado cuenta de que el retiro en sí fue en realidad la plataforma de lanzamiento de mi plan de acción. Mis compañeros y yo empezamos a aplicar nuestros planes de acción incluso antes de volver a casa. ¿Por qué?
- Construimos relaciones positivas
Durante una semana normal de trabajo y clases nocturnas, es fácil caer en una depresión de negatividad y soledad. Nos estresamos por los plazos de la oficina, los plazos de los deberes, los parciales y las notas. Sufrimos con las tareas por nuestra cuenta. Pero durante nuestro retiro de fin de semana, mis compañeros y yo tuvimos tiempo para disfrutar de la compañía de los demás. Durante las comidas y las copas de vino, saboreamos largas conversaciones, mucho menos apresuradas que las charlas triviales de antes y después de clase.
Entre sesión y sesión, paseamos por el viñedo, un recorrido mucho más pintoresco que nuestros paseos quincenales de ida y vuelta al aparcamiento de Fisburne. Durante nuestros actos sociales, cocinamos, bailamos y apostamos, y descubrimos los talentos ocultos (o la falta de ellos) de nuestros compañeros. El fin de semana nos permitió eliminar nuestras fachadas de adictos al trabajo y dejar espacio para que aparecieran las vulnerabilidades y se desarrollara la confianza.
- Cambiamos de marca
En la escuela, cada uno de nosotros ha desarrollado una marca. Algunos nos sentamos en primera fila y tenemos una respuesta preparada para cada pregunta que plantea el profesor. Algunos de nosotros siempre vamos a clase con refrescos. Algunos de nosotros casi nunca vamos a clase. Aunque cada día presenta una oportunidad para cambiar de marca, puede ser difícil liberarse de los patrones. El retiro de liderazgo proporcionó un espacio seguro para la renovación de la marca. Algunos de nosotros hicimos pequeños cambios: fuimos más sociables o extrovertidos de lo habitual. Otros se dieron un buen chapuzón, como el alumno que se tiró a la piscina completamente vestido. Y otros se limitaron a mantener su marca establecida. Independientemente de los cambios que hiciéramos o dejáramos de hacer, la cuestión es que teníamos libertad para explorar. Muy pocos contextos ofrecen ese tipo de red social sin prejuicios.
- Exploramos nuestro propósito
Como profesionales en activo, cada uno de nosotros tiene un propósito profesional por el que ha estado trabajando. A lo largo del programa EvMBA, puede que hayamos alterado ligeramente ese propósito; sin embargo, rara vez nos tomamos el tiempo necesario para reflexionar en profundidad sobre los cambios que estamos realizando. Tuvimos la suerte de aprender de dos personas con objetivos muy claros: Brandon Smith, cuyo objetivo es “acabar con todas las disfunciones en el lugar de trabajo”, y la decana Erika James, que busca oportunidades de innovación y cambio en medio de las crisis. Estos dos líderes nos desafiaron a lidiar con preguntas difíciles, como “¿qué quieres que esté escrito en tu lápida?”. Durante las sesiones de trabajo junto a la piscina y las conversaciones nocturnas en el bar, nos planteamos esas preguntas y nos ayudamos mutuamente a resolver los dilemas del lugar de trabajo.
El retiro inaugural del Goizueta Evening MBA Leadership Retreat ofreció algo más que conferencias, comidas de lujo y oportunidades para socializar. La escapada de fin de semana nos proporcionó tiempo y espacio para que todos nos diéramos cuenta de qué tipo de líderes queremos llegar a ser, y luego nos concedió la libertad de iniciar esa transformación del liderazgo. Agradezco la interrupción de nuestras rutinas y espero que este acontecimiento anual resulte significativo para futuras cohortes.