¿Se puede tener éxito en un programa de MBA con una formación en artes y humanidades?
Una soleada tarde de julio, cogí una guía de estudio del GMAT de la estantería de mi librería local y hojeé unas cuantas páginas. Inmediatamente lo cerré, lo volví a poner en la estantería y dije: “¡No!”.
Si alguna vez te has planteado cursar un MBA, pero te asusta (como a mí) la idea de tantas regresiones y análisis, escúchame. Dado que el MBA es un título de naturaleza muy cuantitativa, ¿qué significa esto para los que tenemos una formación artística y humanística, es decir, cualitativa?
¿Puedes hacerlo?
¿Deberías?
Estas son mis reflexiones tras casi dos años en el Goizueta programa MBA a tiempo parcial:
- En pocas palabras, su perspectiva alternativa es necesaria. Si eres un pensador creativo, es posible que tengas opiniones diferentes, “fuera de la caja”, del resto del equipo. En el curso de dirección de grupos y equipos de la profesora Perry-Smith, aprendimos que las investigaciones demuestran que tener una opinión contraria en el grupo ayuda al equipo a encontrar una solución de mejor calidad al problema en cuestión. Tu equipo necesita tu perspectiva creativa y diferente para rendir mejor.
- Aprenderás a hablar un nuevo y valioso idioma. No, no me refiero al alemán. Si eres del tipo intuitivo, lo más probable es que alguna vez le hayas presentado a tu jefe una idea más o menos así: “Creo que perder a ‘X’ empleado fue malo para la empresa”, pero quizá no supiste decir por qué. Si te sientes excluido, imagina aprender a hablar un idioma en el que esa misma idea se parezca a esto: “Sospechaba que nuestros beneficios estaban bajando por la falta de compromiso de los empleados, así que indagué un poco más y descubrí que la rotación de personal nos hizo perder 15.000 dólares en ingresos el último año fiscal. Aquí están los datos”. Ahora ya tienes su atención. Aprender a hablar el lenguaje cuantitativo te da más credibilidad e influencia.
- Las contribuciones de “todo menos la tarea” son sorprendentemente valiosas para tus compañeros de equipo. Por ejemplo, si tienes dotes artísticas, pueden resultar muy útiles cuando el grupo necesite a alguien que adorne las diapositivas de PowerPoint para tu entrega. En los momentos en que sentía que no contribuía lo suficiente a las partes cuantitativas de las tareas de nuestro equipo, me sorprendían comentarios como estos: “Confié mucho en tu capacidad de organización [to ensure we met deadlines]” y “[U]sted dedicó un tiempo considerable a revisar nuestro trabajo en equipo y a profundizar en nuestro análisis, [which] mejoró enormemente nuestros resultados y marcó la pauta para nuestros siguientes encargos”.
Estoy tan contenta de que, después de volver a dejar ese libro del GMAT en la estantería, encontré uno para el GRE, respiré hondo y me puse manos a la obra. A mis amigos creativos: no descartéis el MBA ni os subestiméis en un entorno cuantitativo. Usted es un colaborador importante y necesario. No voy a “endulzar” la verdad y decirte que es fácil, porque definitivamente no lo es. Sin embargo, realmente PUEDE hacerse, y tanto tú como tus compañeros de equipo os enriqueceréis gracias a vuestra participación.